domingo, 20 de abril de 2014
Por
Ana
en
12:09
Cada dos por tres mi familia me pide este gran clásico que me trae recuerdos de tardes de sábado con mi padre y mi hermana. Con unas obleas para empanadillas y un bote pequeño de Nocilla regreso a los sabores de mi infancia. Este post es un homenaje a mi padre, que además me regaló mi primer libro de recetas, con el que hicimos mi primer bizcocho, un "tres cuartos".
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Me encanta esta receta!!!! MMmmmm Buenisiimas, y q recuerdos!!!
ResponderEliminarGraaasssia, mis niñas. A veces, "haceros" las empanadillas era una excusa para poder comerlas yo también. Me encantaban y me siguen gustando. Lástima de esta jo... diabetes ("mijita súca") de la edad. Pero por una pequeñita, con poquito relleno y sin azúcar por encima, estoy dispuesto a "pecar" excepcionalmente.
ResponderEliminarBssssss.